Uldyssian y la Piedra del Mundo

The Sin War book 2 (cap. 13)

En este capitulo Rathma informa a Uldyssian que su madre ha poseído a Serenthia, ella no esta muerta, simplemente ha caído en un profundo sueño. Ambos tienen que luchar contra unos extraños seres alados con formas de murciélagos, pero al final consiguen llegar hasta la Piedra del Mundo.

"¿Qué es esto?. ¿Por qué estamos aquí?." Preguntó Uldyssian.

Rathma gesticuló ante el gigante flotante. "Esta es la razón por la cual ningún nephalem o algo similar se ha alzado desde hace cientos de años, amigo mio. Es la razón por la cual tú y los tuyos no deberían existir.
¡Estas delante de la maldición de todos los descendientes de aquellos ángeles y demonios que forjaron Santuario!.
¡Estas delante de la Piedra del Mundo!..."

Simplemente escuchar el nombre le daba escalofríos, como si una parte de él siempre hubiera conocido este increíble artefacto...

Incluso con la ayuda del hechizo de Rathma para ver, la Piedra del Mundo era difícil de mirar directamente. Uldyssian descubrió que podría observarla mejor si se colocaba en un lado, incluso así, el brillo era como si reflejara cientos de soles rojos.

"Inarius creyó que los nephalem eran una enfermedad, una vergüenza, para él nunca debimos haber existido.
Aunque en un principio accedió a considerar nuestro destino debido a las protestas de otros, pero percibo que hubiera elegido seguir con su plan inicial aunque mi madre no hubiera empezado a matar a otros refugiados. Ese acto lo cambió todo.
Inarius nos habría exterminado de todas formas, pero entonces se habría quedado totalmente sólo y eso era algo que incluso él no se podría permitir. A pesar de que el concepto de nephalem no le gustaba tomo la Piedra del Mundo - con la que había dado forma a Santuario, de la misma manera con la que había ocultado este mundo a los ojos de los Altos Cielos y de los Ardientes Infiernos- y alteró su resonancia."

Uldyssian había estado intentando seguir la historia de Rathma de la mejor manera posible, pero no comprendía la última parte del todo.
"¿Qué quieres decir?, ¿qué es lo que hizo?"

"Lo que quiero decir es que de este modo, además de ocultar este reino, la Piedra del Mundo también empezó un proceso continuo e imperceptible de apagado. Cada generación de nephalem será mucho menos poderosa que la anterior, hasta que muy pocos en generaciones sucesivas fueran capaces de utilizar cualquier habilidad. Poco después, solo unos pocos de la primera generación - yo mismo y Bul-Kathos, por nombrar lo más obvio- sobrevivimos. Los dones - o maldiciones- de vuestros antepasados fueron olvidados. Inarius comenzó a reformar Santuario para su plena satisfacción... y a gobernarlo con mano de hierro."

Uldyssian podía sentir las irradiaciones de la Piedra del Mundo, pero no le parecían que estas pudieran succionarle sus poderes.
"¿Por qué no esta haciendo esto ahora?".

"Esto es el trabajo de Lilith", declaró Rathma tranquilamente.

"¿Me lees la mente?"

El hijo de la diablesa movió la cabeza.
"Leo... sensaciones, lo que es casi leer los pensamientos, pero esto es mucho más preciso, porque los pensamientos pueden ser rellenados con mentiras."

Otra vez un confundido Uldyssian volvió a preguntar. "¿Qué ha hecho?"

"Claramente, mi madre ha alterado su resonancia otra vez, asique ahora su efecto ahora es mínimo y limitado, su radio de efecto se limita más o menos al Monte Arreat, así, incluso en su presencia serás capaz de superarla.
La Piedra del Mundo ya no es un estorbo, y el proceso natural hará que los poderes de los nephalem puedan florecer de nuevo.
Tú eres el resultado de eso... el primero, de todos modos."

Cada vez que pasaba más tiempo delante de ella Uldyssian sentía sus emanaciones. Les imaginaba mil veces más poderosos... no, miles y miles de veces más poderosos. Lo que Rathma había dicho tenia sentido. Con semejante fuerza sobre Santuario, los de su clase seguramente jamás habrían existido. Solo la intervención de Lilith cambió eso.
Maldijo al artefacto, odiándolo por haber limitado el potencial de todos los humanos, odiándolo por fallar en su deber y por ello, forzando a él y a sus seguidores a encontrarse en su desesperada situación.

Entonces se le ocurrió algo, "Rathma...¿Podríamos alterarlo otra vez?"

"Una cuestión que he considerado y es la verdadera razón por la que estamos aquí, hijo de Diomedes.
¿Que quieres de ella?, ¿Volver a lo que una vez fuiste o hacerte más poderoso?. Dímelo, hijo de Diomedes..."

Aunque Uldyssian siempre había deseado deshacer todo lo que le había ocurrido desde el mismo día que Lilith entró en su vida. Dudaba de que la Piedra del Mundo fuera capaz de quitarle los poderes tanto a él como a sus edyrem. Pero lo que más quería en ese momento era exterminar el culto de la Trinidad, aunque dudaba que Inarius fuera capaz de quedarse con los brazos cruzados.

Por lo que solo le quedaba una opción... "¿Puede la Piedra del Mundo hacernos más poderosos?"

"No, no directamente, pero puede alterarse para que los dones aumenten. Eso podría ser en esencia el resultado de lo que deseas."

Para Uldyssian era todo lo que le importaba. "Dime lo que debo hacer".

"Esta es la Piedra del Mundo. Para lograr tu deseo debes pensar en ello. El cristal podrá aceptarlo o no."

"¿Así de simple?"

Rathma hizo una mueca. "No... no al menos."

Debes pensar en ello... habia dicho Rathma. Uldyssian intentó limpiar su mente, entonces se concentró en lo que deseaba.

Necesitamos ser más fuertes, le dijo al Piedra del Mundo. Necesitamos que nuestros poderes crezcan más deprisa...

La Piedra del Mundo no cambió aparentemente en cualquier sentido, pero Uldyssian sintió algo que comenzaba a cambiar.
Repitió su deseo, enfatizando la necesidad de más poder y deprisa.
Pero la ligera resonancia no cambiaba, lo cual le hacia esforzarse más hasta su limite pero no conseguía ningún resultado.

La mano de Rathma le cogió del brazo. Volviéndose furioso a su compañero, Uldyssian observó que su compañero estaba en un completo estado de shock. Jamás había visto semejante expresividad proveniente de Rathma.

"¿Qué es lo que pasa?", finalmente preguntó. "¿Estamos en peligro?"

"La Piedra del Mundo... Quería verlo... pero nunca imaginé algo así.. solo era una teoría.. nada más que eso... nada más..."

Uldyssian se volvió hacia la Piedra pero lo costó percibir lo que había hecho.

"¿Al final he hecho algo?. ¿Que quieres decir?"

Rathma murmuró. "Observa la estructura del artefacto, Uldyssian. Observa cada núcleo. Puedes hacerlo..."

Uldyssian concentrándose más comenzó a percibir la profundidad de la Piedra del Mundo. Vio la magnifica forma de los cristales creando una fantástica formación con muchos detalles. Minúsculos cristales de cinco puntas se multiplicaban hasta el infinito formando la estructura básica de la piedra. Pero al seguir buscando, encontró una extraña formación cerca de la parte central, en esta zona los cristales no tenían cinco puntas sino seis.

Lo que había sido una estructura perfecta, ahora se había dañado...

Uldyssian comenzó a decir "El trabajo de Lilith-"

"No, hijo de Diomedes... tú trabajo" los ojos de Rathma se clavaron en él. "Mi madre alteró la resonancia a través de un hechizo que afectaba a los efectos sobre los humanos, no a la estructura. Esperaba que tú hicieras lo mismo, o algo parecido, pero salió mal. Era una oportunidad desesperada, pero respetable. Fuiste arrojado cerca de la Piedra del Mundo por alguna razón, eso creía..."

"Ha sido una casualidad que yo viniera aquí"

"¿Acaso no has descubierto todavía que no hay casualidades?, no sabia lo que nos esperaba, pero claramente no esperaba esto. Uldyssian ul-Diomed, has alterado cada esencia de la Piedra del Mundo, algo que no debería ser posible... y no se si significa algo bueno o malo para nuestras esperanzas. Me temo que todo lo que podemos hacer es esperar... y rezar..."