El cielo se alzaba lila por las esporas venenosas que habían expulsado los tiránidos. La nieve se acumulaba entre los restos de ácido y supuraciones. En medio de la batalla, la escuadra Darius se había separado del grueso del ejército: 5 hombres permanecían en pie atrincherados bajo los restos de un whirlwind que había estallado bajo las garras de un gigantesco Rey Tiránido (o como se llamen xD los grandotes esos). Tras rondas de disparos, los marines lograron herir al tiránido en una garra, le quedan 3 heridas. El monstruo se encontraba a pocos metros de Darius y sus hombres, y viendo venir la carga, decidió anticiparse.

-¡A por él, Ultramarines!

Con un grito de guerra que retumbó por la montaña, los 5 valientes se lanzaron colina abajo contra la abominable bestia. 11 ataques lograron hacerle, ninguno atravesó su gruesa piel. Con violencia, el tiránido echó a un lado a dos de los hombres de Darius: Marius y Garin, que murieron partidos en dos. Con ira, los tres marines restantes se lanzaron a la contraofensiva con sus cuchillos, Darius intentó atravesarlo con su espada-sierra, sin éxito. El gigantesco tiránido, confiado, se lanzó contra los marines. Darius consiguió esquivar su golpe, y de remate le cortó una de sus grandes garras de un tajo: quedaban 2 heridas. Haleus no tuvo tanta suerte: calló bajo un pisotón de la bestia. Vermen, que portaba el lanzallamas de la escuadra, no pudo defenderse por mucho tiempo con su pequeño cuchillo y no tardó en caer, pero logró abrir un tajo en la pata derecha del monstruo antes de morir.

Darius tenía una última oportunidad. Rezó una plegaria a los dioses de la guerra, Al Emperador, y al espíritu de su espada-sierra.

Con un salto, se lanzó a la carga: no tenía más que herir a la bestia una vez más y sería pan comido rematarla, pero no se confió.

Los dados se lanzaron...4 ataques por cargar, necesitaba un 6 para matarlo...

Un dado cayó...

Otro...

Otro...

y el último...

Darius vio atónito el resultado que lo haría vencer: 6 6 6 6.

Con un grito de venganza por sus hombres caídos, ZAS ZAS ZAS ZAS, rebanó las tres extremidades restantes de la bestia, y con el cuarto golpe su cabeza, que cayó a sus pies con una mueca de dolor...