Tras una espectacular cinemática en la que Imperius se enfrenta a Diablo y cae derrotado, el héroe posa sus pies sobre los Altos Cielos, territorio que hasta el momento era inédito en el juego. Recordemos que los actos 2 y 3 de Diablo III son muy parecidos a los 2 y 5 de Diablo II.
El acto IV es el más corto de todos pero no por ello es más fácil. Nada más avanzar nos encontramos a Tyrael discutiendo con Imperius, quien echa la culpa a los humanos y a Tyrael de la batalla que se está produciendo en los Altos Cielos.
Misión 1: La caída de los Altos Cielos
Nada más avanzar tenemos nuestro primer minijefe (y serán unos cuantos): Iskatu. Un esbirro que lanza una horda de peligrosas alimañas venenosas. Matar a Iskatu dará fin a la primera misión.
Misión 2: La luz de la esperanza
Si la misión 1 era corta, la 2 es todo lo contrario y prácticamente en ella sucede todo el acto IV.
Los arcángeles han sido capturados y de ello nos informa Itherael. Tras hablar con el nos dirigiremos a la biblioteca del destino, donde el segundo minijefe del acto hará su aparición: Rakanoth.
Rakanoth tiene capturada a Auriel, a quien liberaremos. El siguiente paso es buscar las dos fallas del infierno por las que Diablo está invocando a sus esbirros. Tras encontrarlas y destruirlas, Tyrael nos llevará a la Columnata de Cristal.
Misión 3: Bajo la aguja
Tyrael se une al héroe para buscar a Imperius en la Aguja de Plata. Auriel e Itherael convencerán al héroe de que sólo su poder podrá derrotar a Diablo.
Misión 4: El demonio mayor
Y por fin llegamos a la última misión del juego. Tyrael y el héroe deben alcanzar el Arco Cristalino en lo alto de la Aguja de Plata y detener a Diablo.
Al terminar el nivel 1 de la aguja de plata nos encontraremos con un viejo enemigo, el antiguo teniente de Tyrael: Izual, a quien Diablo ha resucitado.
La derrota de Izual nos lleva al nivel 2 de la aguja de plata, donde cada vez es más presente la corrupción a la que los Altos Cielos están siendo sometidos.
Finalmente llegaremos al Arco Cristalino, donde Imperius intentará detenernos al no confiar en los mortales. Sin embargo, Diablo lanza un ataque que apaga la luz del Arco y aturde a los ángeles. Tyrael, que ya no es un ángel consigue abrir la puerta del Arco Cristalino con su espada El'druin.
El héroe entra en el Arco Cristalino donde se produce el enfrentamiento final con Diablo, el demonio mayor. Sus ataques principales son un círculo de fuego, pisotón, jaulas infernales y aliento de rayos, entre otros.
Esta lucha tiene tres fases, en la primera de ellas nos enfrentaremos directamente contra Diablo. En la fase del terror, la segunda, Diablo nos transportará al reino del terror donde invocará a clones tenebrosos de nuestra misma clase. Diablo aquí tiene un color azulado y dispone de los mismos ataques que en la primera fase. Una vez Diablo haya sido casi derrotado en esta fase, volveremos a la zona primera, pero Diablo empezará con un tercio de su vida. Sin embargo gana dos ataques nuevos, sobrecarga y aliento de rayos (viejo conocido mortal de Diablo II).
La derrota de Diablo reúne a los ángeles frente al héroe (al que ya sin duda llaman Nephalem) y le dan las gracias por la liberación de los Altos Cielos y la derrota del demonio mayor.
En la última cinemática vemos como Diablo se desvanece, dejando caer la piedra de alma negra. Los Altos Cielos recuperan su aspecto luminoso y la corrupción desaparece. El mundo vuelve a estar a salvo de los Infiernos Abrasadores y ha sido un héroe mortal el que consiguió salvar ambos mundos: Altos Cielos y Santuario.
Mazmorras aleatorias
- Sagrario: jardines de la esperanza nivel 2
- Presbiterio sagrado: jardines de la esperanza nivel 2
- Sacellum de la virtud: jardines de la esperanza nivel 2
Conclusión
Si bien es el acto más corto, su desafío es considerable y es muy divertido gracias a la variedad de enemigos que tiene y de minijefes que hay que derrotar. Lástima que no tenga ningún evento aleatorio.
Debo apuntar que, a mi parecer, el final de Diablo III es demasiado bonito, lejos del de Diablo II, donde nos quedamos con la boca abierta en un giro argumental asombroso.
La trama desde luego no debe terminar aquí, la piedra de alma negra tiene un paradero desconocido (se ve caer en la cinemática, pero no sabemos a dónde) y Adria también está desaparecida. Podemos suponer que en una hipotética expansión la historia continuará por ahí. Tampoco sabemos si Leah está definitivamente muerta, esto supondría el final de los Horadrim, pero también ha supuesto el final de los demonios... ¿o no?
¿Cuál es vuestra opinión sobre la historia relatada en el Acto IV?